Francés l Inglés

¿Qué momentos de calidad en la escucha hemos vivido?

Todo el mundo ama, a su manera, y los padres tratan de amar a sus hijos. Pero ese no es el tipo de amor con el que sueñan los niños. Sueñan con un amor verdadero, con un amor que no es posesivo, un amor que libera. Y éste amor tiene una cualidad muy especial: Es la calidad de la escucha que los padres deben tener con sus hijos. Aquí comienza el núcleo de la sociedad humana. 

La palabra "escucha" resuena en nosotros, en primer lugar por las palabras de Cristo. Volvimos de Israel, no hace mucho tiempo. ¿Cómo se dirigió Dios justamente a aquellos que Él amaba, los profetas? "Escucha, oh Israel", eso significa que si no  escuchamos, no podemos comprender y si no comprendemos, no podemos amar.

Si hoy hay tanta tragedia, tanto drama en las parejas, en las familias, en las naciones, entre las personas, es porque no hay calidad de escucha. Cada uno cree que escucha al otro, pero no lo escucha realmente. Uno oye y eso deja indiferente al que escucha. Ese es el drama de todas las naciones hoy en día. Este es el drama de todos los países y todas las familias - porque entendemos que, si hay hijos, esa delincuencia infantil que existe en todo el mundo, Si existe. No son los niños los que la han generado, son los padres los que han creado todo este crimen por la falta primero que todo de amor – y no es una falta de amor tal como se concibe hoy. Todo el mundo ama a su manera, y tratan de amar a sus hijos. Pero ese no es el tipo de amor que es el sueño de los niños. Sueñan con el amor verdadero, un amor que no es posesivo, con un amor que libera. Y que el amor tiene una cualidad muy especial: la calidad de la escucha que los padres deben tener con sus hijos. Aquí comienza el núcleo de la sociedad humana.

Si no tenemos esa calidad de escucha, entonces después nos encontramos con dramas en la adolescencia, el drama y el conflicto en la pareja. Y luego, por supuesto, ahora comprendemos por qué los ancianos no son bien amados, son objeto de abuso en los hogares y en sus propias familias. Sufren, se les da palmadas, se pelean porque se espera de ellos una herencia, si la tienen, porque que interfieren con las sociedades establecidas. Hay que comprender que es vergonzoso para una sociedad contar con los ancianos que están postrados en cama con frecuencia, que no tienen mucha expresión y son a menudo propensos a la tristeza y el aburrimiento, ya que se encuentran en la soledad total.

Hoy en día la familia está cosechando lo que sembró... Son generaciones detrás de nosotros que verdaderamente han generado ese genocidio familiar, porque es un verdadero genocidio. Nunca, en los años anteriores a los que vivimos, hubo tantos suicidios, en Francia y en el mundo entero. Esto demuestra que el suicidio es realmente el "punto alto", por así decirlo, del sufrimiento, porque cuando se suicidan - las personas que están tratando al menos de hacerlo y lo consiguen, por desgracia, - se sienten absolutamente solos sin nadie a su alrededor que les pueda ayudar, amar y entender. Así que es una tragedia en curso en la que se encuentran en todas las familias.

Esta misión se llama "Escuchar": En primer lugar, les digo, a todos y cada uno de ustedes, que sienten que esta misión fue hecha para ustedes. Ustedes la buscaron, la amaron... A partir del momento en el que uno ama es como un manjar: es como cuando preparamos realmente un buen alimento y vamos a tratar de ofrecerlo a nuestros seres queridos. Bueno, es lo mismo: es apreciar en lo más profundo de nosotros mismos, la calidad de la escucha.

Entonces, ¿Qué es la escucha? Para entender lo que significa escuchar, hay que entender el sentido del hombre en relación con Dios. Yo se los decía este Viernes Santo, Cristo vino a traernos un mensaje no solo de fraternidad, sino también de filiación. Él vino a traernos el mensaje de que Él es nuestro hermano. Somos su hermana, somos su hermano. Tenemos el mismo padre y la misma madre. Esto significa que Él nos acerca a Él, no nos separa, Él quiere que seamos de la misma familia. Más aún debido a la acción de su ofrenda, dando su cuerpo para que podamos vivir. Somos parte de su cuerpo en todas sus acciones, sus pensamientos, su visión, la audición, los sentidos de Cristo se integran en nosotros. Somos uno con Él, pero solo podemos ser uno con Él si estamos en una acción de amor o un pensamiento de amor. Si estamos en el mental, ¿Cómo quieren estar en fusión con Cristo? No es posible.

Así que tenemos que pasar por este camino del corazón. Entonces, ¿Qué es el corazón? El alma... Todo el mundo habla del alma. Ustedes saben más o menos lo que es el alma. Al hacer su seminario, escuchan lo que yo les digo. Piensan que el alma esta ahí, claro, uno la sitúa ahí, en el plexo. Pero ¿Qué es? ¿Por qué es eterna, ¿por qué tiene una memoria que va más allá de nosotros mismos y que ha estado allí por miles y miles de años? ¿Por qué está en comunión con los astros y todo lo que sucede en el universo y los  universos diferenciales? Esta alma tiene un poder, pero no un poder mágico como ustedes lo entienden, sino un poder divino: esto significa que usted no la pueden controlar, que es la única cosa que el hombre no puede hacer. Es ella la que los gobierna y no ustedes la que la gobiernan. Pero para que pueda dirigirlos deben amar como deberían ser amados, él debe ceder el paso, hay que darle su lugar, hay que darle los medios para acceder a ésta cualidad para dirigir su vida. Esta alma es Dios.