Si soy una mujer ¿reconozco en el hombre la fuerza crística?
Si soy un hombre ¿reconozco en la mujer la ternura y la dulzura de María?
Debe barrerse cualquier forma de voluntad, de manipulación, incluso hablando del afectivo, de vuestros corazones y de vuestros pensamientos. Es a través de la dulzura y la ternura que María le dijo sí a Dios. Ella vivió expresando dulzura y ternura a todos aquellos que se encontraba.
La felicidad sólo existe si uno se deja amar. Es así como podréis amar, siendo atentos a los gestos, a la ternura de los demás y os lo digo, ninguna mujer en este mundo podrá reencontrar su feminidad si no acepta ser dulce y tierna. Debe barrerse cualquier forma de voluntad, de manipulación, incluso hablando del afectivo, de vuestros corazones y de vuestros pensamientos. Es a través de la dulzura y la ternura que María le dijo sí a Dios. Ella vivió expresando dulzura y ternura a todos aquellos que se encontraba. Vosotras, mujeres, debéis ser su vivo ejemplo.
Vosotros, los hombres, cuando vino Cristo a la tierra, sabéis que los hombres eran los que hacían la ley y se comportaron según las leyes que habían creado: dominando totalmente a lo femenino. No sabían que estaban aplastando el Elohim. Aplastar el Elohim, en la ley bíblica, quiere decir: aplastar el Espíritu. Porque el Elohim es el Dios femenino, o sea el Espíritu.
Al vivir dentro del marco de esas leyes humanas, los hombres se alejaron de esta grandeza que Dios les había confiado: la protección en todas las latitudes y en los comportamientos familiares. El hombre debe ser el jefe, lo que quiere decir ser el garante de la solidez del núcleo social, del núcleo familiar. Ninguna sociedad puede establecerse si no es a través del núcleo específico dela familia. Lasociedad es el primer núcleo de fuerza, es la familia que lo crea, lo genera y lo administra. Un Estado sólo adquiere solidez si cada célula humana funciona en la pureza dela luz. Cristo, al venir en la tierra, se identificó a vosotros, hombres, y Él mismo se llamó el Hijo del Hombre para deciros, 2.000 años después: a los hombres, los amó, les tomó a Su servicio y un día, les llamó “amigos”. De esta amistad nació vuestra descendencia y de esta amistad nacerá el mundo de mañana. Vosotros, hombres, volvéis a tomar la antorcha de la responsabilidad en vuestras familias, y también en vuestra familia de IVI. Para que otros hombres puedan seguir vuestro ejemplo y que de este ejemplo nazca ese caminar incesante del amor en la tierra, pues Dios no vuelve a crear una tierra para abolirla de nuevo, sino al contrario, para que esta fraternidad de hombres y mujeres viva en osmosis para la construcción de un nuevo mundo.
Así pues vosotros hombres, sed conscientes de no tomar el papel de la mujer y vosotras, mujeres, de no tomar el papel del hombre y no intervenir en los deseos y las pulsiones de los hombres: dejadles dirigir lo que ellos tienen que dirigir. Si vuestra intervención se hace con amor y ternura, les fortaleceréis para crecer, pero si lo hacéis por manipulación, entonces se producirá vuestra caída yla suya. Tenedpues consciencia de que unos y otros, hemos sido creados para vivir juntos.