El grupo
Fidelidad al grupo
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¿Somos fieles a nuestro grupo y, si no, qué sentimos si nos lo saltamos?
Continuad este camino de fidelidad para tener conciencia de que no es solamente para los otros, no, es para vosotros ante todo y, luego, vosotros dais el beneficio de vuestra presencia a los demás. Esto hace vivir vuestra alma. Vuestra alma no puede vivir si no se siente amada por cada uno de vosotros.
Porque Dios os ama, pero vosotros no lo veis. Y somos humanos, queremos ver, queremos tocar, queremos palpar y ¿a quien tocar si no a nuestro vecino, como dijo Cristo, al que está cerca de vosotros? Necesitamos ser tocados. Prueba de ello, cuando nos abrazamos, tenemos necesidad de sentir la presencia del otro, el cuerpo del otro, porque somos humanos. Y esto es lo que Cristo nos ha enseñado: abrazarnos, que es tomarnos en los brazos, es verdaderamente un abrazo sabiendo que en ese momento vuestras energías, vuestras auras se mezclan y, enseguida después, cuando os separáis, ellas vuelven a tomar su volumen y su identidad primera. No se quedan con el aura del otro pero están impregnadas de la presencia del otro.
Así que sed fieles a vuestras promesas, fieles a este amor que vosotros tenéis los unos por los otros. Hay grupos y triadas que funcionan maravillosamente bien, y quisiera agradecéroslo. Es muy bonito lo que hacéis. Pero me gustaría que hubiese un progreso todavía mayor. En Francia, tenemos la costumbre de decir: “¡Está lejos!” Hacemos diez, quince o veinte kilómetros y ¡tenemos la impresión de haber atravesado todo Perú! Pero en muchos de los países aquí presentes, y que lo estuvieron durante estos tres días, se hacen kilómetros… En Canadá, ellos tardan de dos a cuatro horas para ir a su grupo en Montreal, y otras tantas para volver. Cuando se vibra en Washington o en Nueva York, son siete horas de ruta, y siete horas para volver, sin contar el tiempo que se da a Dios en el compartir.
No os sintáis mártires, no somos esclavos, ¡nosotros a menudo somos los que nos convertimos en esclavos! Tenemos a nuestra disposición todos los medios necesarios para circular, ¡no solamente una bicicleta o el poder caminar! Tenemos coches, autobuses, trenes, disponemos de todo lo que se necesita para visitar a nuestros amigos, nuestros hermanos.
Pienso que hay que mirar de otra forma la vida y nuestra manera de funcionar. y revisar nuestras agendas para no encontrar pretextos engañosos para no obrar por Dios. Porque el don por Dios, es vuestro don a vosotros mismos, es dar a Dios el tiempo necesario. El os devuelve tanto más de lo que le dais…
Por ello tratad verdaderamente de hacer este trabajo colectivo y si os falta alguna cosa, si tenéis necesidad de ayuda, no olvidéis que existe el S.O.S. Escucha en todas partes y que se puede rezar por vosotros. Estamos aquí para ayudarnos, para amarnos: y digo bien, para amarnos, y no aparentar que se ama. Yo creo que esto tiene una importancia capital.