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La cuarta dimensión es eso que está escrito en el Apocalipsis. Es el camino de la luz y por esto Cristo nos dice: “Nadie podrá renacer si no nace del espíritu “. Los apóstoles le hacían preguntas “¿pero que quieres decir tu? ¿Como quieres que yo renazca, yo un hombre de 80 años o 70 años, mi madre hace ya tiempo que ella está muerta?” Y ÉL decía: “En verdad os digo ningún hombre podrá renacer si antes no nace del espíritu“. Y claro si, porque este mundo no puede renacer, si no nace del espíritu. Y el espíritu eso quiere decir la comprensión de acceder a la dimensión que hemos perdido. Es entonces re encontrar esa cuarta dimensión de la que habla la Biblia, y de la que Cristo vino a testimoniar, decirnos de acceder, su resurrección en la cruz es para demostrarnos nuestra vida futura que no comienza en el mas allá, pero que comienza ya sobre la tierra.
La resurrección de Cristo es nuestra propia resurrección. Esta dimensión de este cuerpo glorioso que ÉL mostró a todos sus apóstoles y más de 500 discípulos es para decirnos: hacedloquedecísquehacéis,accededaladimensiónalacualyoosinvito, y comprenderéis que es la vida eterna. Hay algo que no podemos ignorar, estamos en el siglo de la energía, hablamos de rayos láser, de comunicación, de intercomunicación. Estamos entonces dentro de un sistema robótico. Hablamos a través de instrumentos. Ponemos dentro de los servicios de IBM y otros las memorias colectivas, cifras, y una cantidad de otras cosas para obtener las respuestas, con una demora muy corta . Si el hombre ha encontrado todo eso entre los siglos 19 y 20, es porque los tiempos han llegado. El tiempo ha llegado porque el hombre se aproxima a su consciencia original. El se acerca porque el rencuentro entre el hombre y Dios es muy pronto.
Los cosmonautas lo saben bien. Los testimonios son cada vez más precisos, sea de un país u de otro. Es entonces necesario que seamos conscientes que este mundo de energía en el cual vivimos no es más que un acercamiento a la energía cósmica, no es más que un acercamiento a la energía extraordinaria, que Dios le permitió al hombre ser. Creado a la imagen de Dios, es ser esta energía totalmente divina que está en vosotros. Y así comprenderéis esta correlación entre vuestras almas y Dios que es la fuente, la misma esencia. Y esta energía que está en vosotros, la propulsareis para que los otros se puedan beneficiar de ella.