Es verdaderamente, acceder, a más consciencia.

Entonces que quiere decir esto cuando vosotros decís por ejemplo: “Yo no comprendo nada, o yo no escucho nada”, pero gracias mi Dios, si vosotros no comprendéis nada. Ya habéis hecho suficiente daño con vuestras cabezas. La humanidad entera ha destruido sus colegas, sus hermanos y hermanas justamente por este ego. Lo que Dios quiere es que podáis abolir el ego para acceder a vuestro soy, más el yo, es decir el ser. Es necesario verdaderamente que no escuchéis con vuestra mente, a nadie le importa que vosotros penséis lo que queráis, lo que es importante, es que registréis lo que se os pide.

¿Como enseñó Cristo a sus apóstoles? Él solo enseñó por su voz, y Él hacia lo que mostraba. ¿Entonces esto quiere decir, que es lo que yo os muestro? Simplemente aquello que podéis hacer, aquello que sabéis hacer. Yo no os muestro cosas que os son insoportables, o que no están dentro de los límites de vuestra comprensión. Un niño de 6 años que estaría aquí, él repetiría inmediatamente estos sonidos, porque para él es natural. Vosotros, creéis que es una sofisticación. Él, él sabe que es la vida. Es su vida. Esto muestra la diferencia que nos separa de la juventud. Los jóvenes, vuestros hijos nacieron, mismo aquellos de 15 o 20 años, nacieron con una experiencia muy diferente de la nuestra. Ellos fueron preparados antes de venir al mundo para vivir lo que tendrían que vivir.

Y nosotros, nosotros estamos aún en el mundo antiguo. Nos encarnizamos en mantener las riendas del mundo antiguo. Quisiéramos que la materia continúe como ella es, que los bancos continúen a estar allí, que nuestro confort material se instale bien, se incruste bien en nuestras casas, que tengamos nuestras pequeñas vacaciones, que tengamos nuestra casa de campo etc. y creemos que eso es la vida. Y el Cristo quiere haceros comprender que no, que todo eso es solo una ilusión. El mundo perdió, la humanidad perdió millones de años porque ella se obstinó en vivir lo que ella creía era la vida.