Cristo vino a enseñarnos una cosa: El vino a revelarnos la vida de su Padre, El vino a demostrarnos lo que somos, lo que representábamos para Él. Y Él se partió, Él nos dio la vida, Él nos salvó y nosotros no comprendimos nada de su mensaje. Y es esto lo qué hay que entender. La fe solo puede venir por justamente esta atención, digo bien, esta atención a la oración que es un arma, la primera que el Cristo da para que no nos sintiéramos solos, para que supiéramos que el Padre nos ama y nos hace llegar ese mensaje, ese teléfono extraordinario: “ Padre nuestro”. Le hablamos, Él nos responde. Y entonces, es para hacernos comprender este camino que era inaccesible al hombre, antiguamente y hasta hace muy poco tiempo. Entonces, ahí Cristo nos dio los medios para comunicarnos con su Padre. Una ves que hemos tomado esta arma que es pues la oración, comprendemos en ese momento que vamos a comenzar a descubrirnos, a descubrirnos descubriendo al otro, y al descubrir al otro vamos entonces a descubrir día tras día las parcelas de verdad en el otro y las parcelas de defectos. ¡Entonces, a lo que es necesario que el hombre llegue, es a hacer funcionar su poder de pensar pero no en el mental! Porque el pensamiento no viene del mental, solo es fecundo si pasa por el amor.

Entonces ese pensamiento de amor, es por eso que los pensamientos deben ser totalmente positivos, totalmente de amor por el otro. No debemos, y Cristo nos lo vuelve a decir ahí todavía “Reza por tus enemigos“. ¿Como queréis vosotros que Él nos haya enseñado esas palabras de tal importancia sabiendo que todo el mundo se peleaba sobre la tierra? ¿Sabiendo como Él iría a morir? Él sabía como moriria, como sería juzgado. Y sin embargo, que es lo que Él dice “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen“. Él había comprendido que su vida en la tierra, Él había comprendido que los humanos no estaban al corriente, eran ignorantes de las cosas.

Entonces es verdaderamente tomar conciencia de ese poder de creatividad qué tenemos en nosotros, ese poder de creación. Es decir que si decimos “Yo creo” es porque enviamos una explosión de luz a la atmósfera. Y eso quiere decir bien que ese “Yo creo” es amor en estado puro, como la oración es amor en estado puro. Entonces es necesario que pongamos en práctica esta fe. En tanto no la pongamos, en tanto no la vivamos, creamos el negativo.