Testimonio de Brenda. Un magnífico encuentro con Pacifica

De camino a la itinerancia hacía Ibarra (Ecuador), experimenté un maravilloso encuentro.

Después de encontrar mi asiento reservado en el bus desde Olon para un viaje de más de 3 horas hasta Guayaquil, una mujer subió al bus y tomó posesión de su asiento al lado mío. Nuestras miradas se cruzaron y nos saludamos cortesmente.

Incliné mi asiento hacia atrás para instalarme cómodamente, con mi rosario azul en mis manos y empecé a rezar. Después de unos momentos miré las manos de mi vecina: ella también tenia un rosario azul y estaba orando. Nos miramos la una a la otra con unas sonrisas cada vez más amplias dejando que se tocaran nuestros rosarios como celebrando que teníamos algo en común.

Estuvimos rezando silenciosamente.

Luego, empezamos a comunicar poco a poco debido a mi limitado conocimiento del español, y el suyo también limitado del inglés, utilizando los traductores de nuestros teléfonos para ayudarnos. Pacifica me compartió sus planes de viaje: iba a visitar a su hija y a su nieto por unos días.

Le dije que iba a la reunión de un grupo de oración en Ibarra, en la zona Noreste de Ecuador. Me pidió que rezara por ella y le dije que si, que iba a llevarla conmigo. Intercambiamos nuestros nombres, números de teléfono y nos dimos cuenta que viviamos en la misma ciudad y en realidad que éramos vecinas, viviendo tan sólo a una calle de distancia. Convinimos vernos para orar juntas después de nuestros respectivos viajes.

Sentí esperanza y alegría por este encuentro con Pacífica. Estaba buscando a alguien con quien orar (con mi esposo nos mudamos desde Dallas, Texas, hacía 15 meses para vivir “nuestro sueño de playa” en Olon, Ecuador). Nuestro trayecto hacia Guayaquil transcurió rápido. Se me había olvidado que tendría que tomar un taxi a toda prisa desde la terminal de buses hasta el aeropuerto. Hice el checking de mi vuelo exactamente una hora antes del despegue hacia Quito, y luego tenía más de 2 horas en taxi hasta Ibarra.

Dejé al Señor llevarme en el viaje y me sentí cómoda.

En Ibarra tuvimos una preciosa reunión llena de amor! Me conmovió mucho el encontrar a mis hermanas y hermanos de IVI Ecuador & Colombia, así como el equipo de la casa Santa Maria de los Angeles Norte. Me sentí acogida y bien nutrida! Estoy agradecida por lo que vivimos juntos.

Llena de ilusion, y de una nueva energía, regresé a casa.

Y oh… ¡ nooooo.... !

No podía reencontrar el contacto de Pacífica ni su número de móvil. Pasaron dos semanas, y finalmente la vi en el centro comunitario mirando el mundial de fútbol.

¡Y Si! Planificamos encontrarnos el día siguiente en mi casa para orar.

Prendimos una vela, y oramos un rosario en español y cuando terminamos, nos quedamos en silencio.

Tenía en la mesa el carnet de los peregrinos del seminario 2022 de America del Norte en Nuevo México. Pacifica lo tomó y mientras ella miraba la cobertura, le enseñé a San Jorge, San Lucas y Nuestra Señora de Guadalupe que ella adora. Mencioné que el tema de este evento, era el Amor Universal, y que teníamos grupos de oración en el mundo entero. Ella dijo que esto le recordaba un grupo de oración en el cual había estado con una mujer francesa. Suavemente Pâcífica dijo… YVONNE y creo que dijo también Trubert. Dije si. Y poniendo las palmas de sus manos hacia arriba, me dijó “Ella me dió un regalo, lo sentí”.

Rápidamente encontré una foto de Yvonne, y me dijo si, que estaban en un monasterio en el valle de los Chillos, cerca de Quito, Ecuador, hacía tal vez 20 años, donde Yvonne dió una conferencia.

Pacifica estaba entonces en el grupo de IVI de Guayaquil. ¡Estábamos aturdidas! Y nuestros ojos se llenaron de lágrimas.

Reconocimos la magnitud de este regalo, de este momento, de nuestro encuentro en el bus. ¡Nos habían ubicado juntas en el bus!

Permanecimos en silencio mientras nuestras almas conversaban.

Otra vez con la ayuda de los traductores de nuestros teléfonos, nos estábamos haciendo preguntas y respuestas la una a la otra.

Pacífica me preguntó si armonizaba y contesté que si!

Volvió a mi casa el día siguiente para recibir una armonización, y otra algunos días después. Seguimos viéndonos para orar, nos sentimos muy agradecidas por este regalo, feliz de lo que estamos viviendo.

Gracias Señor

Gracias Yvonne por habernos re-unido !

Con alegría, Brenda Campbell
Vice Presidente de IVI USA
Miembro de IVI Ecuador

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