¿Que quiere decir transformarse? Vosotros tenéis razón, pues todas las preguntas que me hacen dan vuelta alrededor de alguna cosa, vosotros dais vuelta alrededor de la verdad, pero no estáis ahí, porque de hecho decís: “¿Es un don de Dios?” No. Dios os da el don antes de la transformación. Él os lo Dio al nacer. ¿Y que habéis hecho de esta toma de conciencia? Lo hemos olvidado por completo, lo hemos escondido por completo. Y a partir de ese momento vamos entonces a vivir y contamos con nuestros propios medios: nuestra inteligencia, nuestra voluntad, entonces nuestro saber. Y cuando comprendemos que la enfermedad está allí, nos damos cuenta que ni el saber, ni la voluntad, ni la inteligencia pueden eliminar lo que intentamos eliminar: las cosas más pequeñas de nuestra vida, las más sutiles de nuestra existencia que son nuestras fallas, nuestros defectos, nuestras dudas en realidad. ¿Y a esto, porque no alcanzamos a ponerle fin? Es porque justamente vosotros ponéis ahí la voluntad.

Pero deberíais acordarnos de una cosa. Cuando entrasteis en un grupo, todos y todas habéis escuchado un casete que es el origen de la transformación: “El ego y el alma“. Y si vosotros habéis olvidado ese casete, no podeis comprender que es la transformación: el ego es al diablo lo que por supuesto el alma es a Dios. Esto no quiere decir que que el ego es el diablo. Pero es a través del ego que el maligno va a actuar de manera de enviarnos estas facetas para atraernos hacia falsas realidades, atraernos hacia falsas luces. Es por esto que estamos en combate permanente, porque estamos siempre en la lucha con ese ego que es parte de nuestra inteligencia, y el alma que es parte de la inteligencia del corazón. Y sin embargo es la misma inteligencia quien va a dirigir las dos. Pero es allí donde el dominio es el más doloroso para el hombre, es acceder a esta barrera, es acceder a ese punto de encuentro donde el alma y el ego van a hacer parte común para llegar a una misma meta: la transformación se hace en ese momento.

Pero, es necesario entonces para que podamos alcanzar lo que buscamos, transformar lo que tenemos que transformar, ya sea nuestros defectos, nuestras fallas, nuestras dudas, nuestras desesperanzas, nuestro estrés, y también nuestras fatigas psíquicas, morales o psíquicas. Nos damos cuenta que esas fatigas son debidas justamente a la incapacidad de acceder a aquello que deseamos. De hecho el ser humano sólo desea una cosa desde su reencuentro con Dios , desde el momento en que entrevió a Dios, él ama, él quiere transformarse, él desea transformarse. Porque él sabe que todo su sufrimiento se debe a esta transformación que no se hace. Y cuando nos transformamos, ya está, hemos pasado esa capa donde ya no tenemos que buscar mas dónde está el ego y dónde está el alma, los dos se han unido en uno solo. Y el hombre se transforma porque él “es”. Se vuelve verdaderamente lo que Dios quiere, se vuelve en lo que él era al comienzo de su vida terrestre: él “es” simplemente.