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¿Cómo podemos engañar a los demás, o lo que es lo mismo, a nosotros mismos?

Tenemos que trabajar para llegar a la luz, que significa: la verdad, la claridad de tu alma, en tu corazón. Es ser honesto con uno mismo y si usted es honesto consigo mismo, que va a ser honesto con los demás. No podemos engañar a Dios.

Toda la gente reunida, porque todas las personas son de Dios. Le pertenecemos, somos parte de su reino. Sabemos que el tiempo es corto y que debemos mirar hacia atrás sino hacia adelante.

Debemos amar aún más. Esto no es caridad que Dios de ti, es de ti mismo, tu amor es necesario, no su dinero! Así que los que tienen dinero, que aquellos que no lo hacen. Ellos están en solidaridad con el sufrimiento del mundo, participan en la reconstrucción del mundo, como está escrito en la Biblia: "No habrá una nueva tierra, cielo nuevo, un nuevo sol ..." Si esto es Una vez más, es necesario que todo lo que está limpio y la contaminación de la tierra es enorme. Esto requiere que cada uno de vosotros en solidaridad con los demás, para que pueda compartir el trabajo de otros. El Centro es un templo de Dios, porque Él nos ha dicho a sí mismo: "Si usted recibe por lo menos el mío, yo te recibo. "Todos los que vienen aquí son enviados por Dios. Ellos no vienen de los suyos, que vienen porque se les llama. No somos nosotros los que vamos a Dios, Dios viene a nosotros, Él nos llama, porque Él nos creó. Él nos conoce por nuestro nombre, el primer nombre que le importa a Dios. Él conoce a cada uno de ustedes, porque antes de venir a esta tierra, los ángeles le habló a usted que guardar un secreto en su alma de este mundo les encanta salir a un mundo de sufrimiento y odio. No podría vivir aquí si tuviéramos en cuenta la dulzura de la vida con Dios.

Tenemos que trabajar para llegar a la luz, que significa: la verdad, la claridad de tu alma, en tu corazón. Es ser honesto con uno mismo y si es así, usted va a ser honesto con los demás. No podemos engañar a Dios.

No es suficiente para ir a misa, tomar la Eucaristía, ir al templo o sinagoga, para salir y empezar a juzgar a nuestros hermanos y hermanas, para comenzar nuestra hipocresía ante el mundo. Si vamos a la Eucaristía, vamos a ir con un corazón puro, porque todos nuestros actos y pensamientos no escapan a Dios.

Durante todo el camino como lo hizo y lo que hicimos juntos, sí, es largo, pero lo dulce es demasiado! Basta con mirar a usted, sus rostros han cambiado desde que los ojos expresan más miedo. La ansiedad que se lee en donde no se podía sostener la mirada de otro, que era todo su dolor interno. Cuando hay este miedo y el sufrimiento, no podemos ver la luz. Usted sabe lo importante que es para el amor pero el amor no es una palabra, se trata de actos: se reparten sonrisas, las manos puestas al servicio de los demás para la armonización, sus oraciones por todos los que permanentemente sufren en el mundo, no el de ir en peregrinación golpeando la Tierra que Cristo amó. Con los ojos se puede ver en los demás como Jesús nos miró. Con sus oídos lo que necesita saber para escuchar el sufrimiento de los demás, aprender a escuchar su llamada y no permanecer sordos a los gritos de angustia. Es por eso que estamos en IVI.